Por César Lévano
Juan Acevedo no tiene nada de solemne. La prueba es la forma cómo llegó a CARETAS, sin conocer a nadie y sin más preámbulo que un corto saludo.
Sacó en seguida de algún bolsillo un pequeño sobre con dibujos y pidió opiniones, “si no, para llevármelos”.
En medio del entusiasmo por su talento y su trazo, procedió a presentarse: Juan Acevedo Fernández de Paredes.
Oriundo de Pueblo Libre, Acevedo pinta historietas desde cuando estaba criatura. Siguió con los monigotes al ingresar a Educación Secundaria y continuó con ellos hasta cuando, en la Universidad, se dio cuenta de que estaba imitando, sin querer, trazos vistos en chistes, periódicos y revistas.
Fue posiblemente una de sus primeras incursiones en el tema de las comunicaciones de masas (acerca del cual ha dado una conferencia en estos días). Para él, al hombre hay que dejarle expresarse, no sumergirlo en manipulaciones y estereotipos. Por eso agradece a la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Católica, pues allí aprendió que en cada pincelada hay que poner expresión. Terminó allí sus estudios. Y solo ahora siente que empieza. Porque solo ahora ve que los monos le salen con un estilo propio, adentrados en nuestro mundo, vivos y cortantes.
“Creo-dice- que el humorista debe ser como el pintor, que vuelca en cada cuadro no uno sino varios contenidos. El estético, el de denuncia y otros. Aspiro a que mi humor alcance la altura del arte”.
Todo esto conversado sencillamente, sin pretensiones.
“El humor por el humor no existe. O es muy raro. El humor cuestiona la vida a todo nivel, y la analiza”. “Nuestro humor, así como nuestro arte, se distingue por sus cumbres y abismos. Tuvimos creadores de gran nivel como Málaga Grenet y Alfredo Osorio, cuyo continuador es hoy Heduardo; pero si revisamos ciertos periódicos que se dicen innovadores, se siente lástima”.
Lector incansable de Mariátegui, estudioso de la historia de nuestra plástica, conferenciante, empleado del Museo de Arte de Historia de San Marcos, Acevedo actúa con la convicción de que el arte es “la manifestación más libre del hombre”. “Lo mismo hay que decir del humor”, reafirma, mientras por su imaginación se pasean, como por una amplia avenida, algunos personajes y fantasmas de nuestro caos colectivo.
Publicado en Diario Uno, 1 de abril de 2018.