¿Quién es César Lévano, a los 81?

"Solo una frase, profesor: ¿Quién es César Lévano" (Foto: Manuel Vilca).
Por Juan Gargurevich

¡Profe, profe, no se vaya, espérenos!!!!, gritaban los jovencitas sanmarquinas que me perseguían en el campus, cuando me dirigía a la salida.

-¿Qué pasa, son cobradoras, admiradoras, me he robado algo…?

-No profe.. uf… queremos que nos diga algo sobre César Lévano.

Ninguna de las tres pasaba de los veinte años. Una blandía una agresiva grabadora mientras las otras preferían el viejo lápiz y la libreta.

-¿Algo sobre el profesor Lévano? –y no dejé pasar la oportunidad de bromear: -¿A favor o en contra?

-Es que la profe de Investigación nos ha mandado hacer un perfil del profesor Lévano. Díganos lo que sabe de él, lo que piensa, cómo lo conoció…

-Muchas preguntas para contestar en el estacionamiento. Vamos un poco para allá y déjenme pensar. ¿Lévano? Lo conozco de los años 60, imagínense. Pero la historia de su vida la puede contar él mejor que nadie, imagínense… creo que ahora mismo está en su oficina de la Escuela.

-Solo una frase, profesor: ¿Quién es César Lévano?

…………………

Responder con una frase quién es César Lévano es una tarea difícil. Porque muy pocos he conocido que reúnan sus cualidades en la «solo una frase» que me pedían y que ensayaré: «Es un intelectual, luchador social consecuente, periodista cabal y animoso, y empecinado cazador de injusticias».

El martes 11 cumple 81 años y los celebrará como siempre, trabajando en periodismo. Hasta hace poco laboró en Caretas y ahora dirige el diario contestatario La Primera. A la vez conduce la Escuela de Comunicación Social de San Marcos y se da tiempo para la oficina de prensa del Centro Cultural sanmarquino, la «Casona».

Su biografía está ligada a la lucha política y al periodismo que llamamos «comprometido», es decir, aquél que más allá del órgano de prensa en que se labora conserva la visión social crítica.

Si existe la sangre azul proletaria –bromeábamos alguna vez- Lévano la tiene de sobra. Su abuelo y su padre fueron dirigentes, anarquistas, sindicalistas, de los panaderos y como los buenos luchadores sociales culminaron su vida en pobreza de solemnidad. Por eso Edmundo Dante Lévano La Rosa vino al mundo en un callejón del jirón Mapiri, muy cerca de San Marcos y afrontó la penuria vendiendo diarios desde los diez años.

Su pronunciada cojera viene de aquella época. Una madrugada, cuando colgaba los diarios en el kiosco, fue atropellado por un automóvil que invadió la vereda y le destrozó una pierna.

La desventaja física nunca representó límites para él. Cuando se lanzó a la militancia política en la Juventud Comunista en 1945, tanto editando Estrella Roja como conspirando, sufrió persecución y cárcel, destinos de los viejos luchadores sociales que eran vistos como la quinta columna soviética. Fue por tanto víctima del macartismo de los tiempos del general Odría y de su tenebroso cancerbero, el ministro Esparza Zañartu.

No ensayaré ahora una biografía de César Lévano porque hay mucho para contar y el espacio es corto pero resaltaré que hace unos años años recibió el mejor galardón imaginable en este país de injusticias: la medalla de los Derechos Humanos.

Hace poco un alumno le preguntó:

-Maestro ¿cuántos artículos ha escrito?

Lévano pensó un momento y respondió:

-Bueno, por lo menos una camionada…

Texto publicado en el blog de Juan Gargurevich, el 9 diciembre 2007.

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